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Ayudar a los que más necesitan, ser empática y conocer todas las realidades que se encuentran en una ciudad han sido parte de la vida de Yoshelin Jara Parra, quien comenta que desde la infancia quiso ser un aporte para la sociedad.
Socióloga de profesión es además magíster en Ciencias Sociales, actualmente trabaja en SENDA Previene, como parte de una dupla social que interviene en los establecimientos educacionales a niños y adolescentes para prevenir el consumo de drogas.
Pero su labor con la población más vulnerables va más allá de su trabajo remunerado, puesto que es voluntaria en distintas organizaciones sociales de la comuna algo que tiene muy arraigado desde que era una niña y hasta ahora.
“Cuando llegué a Calama (en 2011) una de las cosas que me preocupó fue que mi hijos iban a nacer en esta ciudad iban a crecer, en ese tiempo no tenía hijos, pero sabía que iban a crecer en esta ciudad y quería que tuviesen empatía con las diferentes realidades que tiene nuestra ciudad y frente eso, desde el voluntariado, generalmente he tratado de apoyar al tema de generar actores que sean influencia, no yo específicamente, si no motivar actores que puedan coordinar y gestionar y de alguna manera, hacer cambios en esas realidades”, detalla esta joven.
Para ella, es importante el poder generar consciencia social entre quienes la rodean, sea familia, compañeros de trabajos y todos aquellos que – por diversos motivos- desconocen una realidad más allá de sus narices. “Para ser un aporte a la sociedad no es necesario salir de una carrera, crecer o ser adulto para ayudar a alguien. Desde la infancia tú puedes ser un aporte al lugar en donde tú has crecido”.
Esta necesidad de ayudar, la comparte con su esposo Héctor a quien incluso conoció en una de las agrupaciones en la que ambos eran voluntarios. Actualmente, comparte estos mismos valores con su hijo Theo.
Entre su rol solidario se destaca la labor en la agrupación Roka, Proyecto Oasis, Fundación Crece con Propósito, donde lidera y coordina transversalmente los grupos de voluntarios que estas organizaciones tienen en las distintas necesidades que se presentan en esta comuna, especialmente enfocado en los niños y niñas vulnerables.
Yoshelin es optimista y está convencida de que los loínos tienen la necesidad de ayudar, pero no saben cómo. “Nuestra ciudad la gente es buena quiere ayudar pero como no está esa necesidad evidente, solo requiere que alguien los motive de alguna manera, entonces efectivamente yo creo que falta visibilizar la realidad en la que vivimos”.
Finalmente señala que, “nunca hay que esperar tener todas las capacidades para hacer algo, si no que en el aquí y en el ahora puedes afectar la vida del otro, desde que tengas 4 o que tengas 65 años, tu presente es el regalo para el otro, si tú puedes activar hoy para cambiar la realidad del otro, no tan solo vas a enriquecer la vida del otro si no también, enriqueces tu propia vida”.