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Gracias a su mamá, quien siempre estuvo ligada a la acción solidaria, Patricia Álvarez Navarro desarrolló su vocación de servicio a la comunidad, “ella es como mi motor, la que me inspiró a seguir su senda”, comenta al respecto esta loína.
Hoy, a sus 25 años son muchas las personas que la destacan como una joven con consciencia social y sobre todo solidaria y, siguiendo los pasos de su progenitora, también les está inculcando estos valores a las nuevas generaciones, a través de un grupo juvenil del que está a cargo.
“Estoy a cargo de alrededor de 12 jóvenes en realidad, entonces yo los motivé a ellos a hacer lo mismo, a realizar actividades para la gente vulnerable, para los niños que los necesitan, porque no tienen los recursos como para salir de vacaciones o tener alguna fiesta bonita”, detalla Patricia.
Esta joven dice que pertenece a varias agrupaciones como voluntaria y que incluso, ocupa parte de sus vacaciones para participar de las escuelas de Verano e Invierno que se organizan en la ciudad para brindarle a los niños vulnerables y que no tienen los recursos para viajar, una jornada de entretención y amistad.
“Soy voluntaria en varias cosas porque me gusta ayudar, tengo vocación de ayudar a la gente, verla feliz sin recibir nada a cambio, eso es lo que realmente me gusta, porque me gusta sacarle una sonrisa a las personas, me gusta que se sientan bien, a pesar de que la estén pasando mal”, reflexiona esta joven líder.
Entre sus labores está su trabajo en las ollas comunes, con los adultos mayores, con la gente que vive en las calles y con los niños y niñas. Además, Patricia es psicopedagoga de profesión y, también pone a disposición de las personas sus conocimientos en esta área.
Humildemente dice que “varios adultos mayores niños, y jóvenes me han dicho que yo los he marcado y que les he ayudado a cambiar su visión hacia al mundo o hacia a las personas, entonces eso marca y es potente porque uno dice, yo solo lo hago por ayudar, pero uno nunca sabe cómo va a marcar a la persona, de tal manera, que esa persona cambie, su visión, cambie su manera de ver la vida y pienso que se logra el objetivo y estoy haciendo algo bien”, manifiesta.
Expresa que, actualmente en Calama hay muchas carencias, especialmente en los adultos mayores, quienes viven solos y en condiciones deplorables, lo que se agudizó y visibilizó con la pandemia y que para ella es importante ayudarlos, no sólo con cosas materiales sino que con compañía.
A corto y largo plazo, Patricia Álvarez se proyecta siempre como una persona que ayudará a los calameños y calameñas que están en una situación vulnerable. Por ejemplo, junto a otras personas están elaborando un proyecto que sirva para niños, jóvenes y adultos.
Por último, recalca que ella no trabaja sola y que ella representa a un grupo de voluntarios. “Sin mi gente yo no podía haber hecho esto, porque al final es un equipo con el que se trabaja, yo no trabajo sola”. –