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Desde el inicio de la pandemia del covid-19, la joven colombiana, Luisa Parra López, ha experimentado momentos difíciles, puesto que fue parte de las decenas de técnicos en enfermería (Tens), que reforzaron el trabajo al interior del Hospital Carlos Cisternas de Calama, durante el período más difícil de esta crisis sanitaria.


Luisa, además de su labor profesional, cumplió un rol solidario preponderante y que sirvió para mantener el contacto de los pacientes que estaban contagiados con sus familiares, quienes por las medidas sanitarias no podían visitarlos.
Al igual que varias Tens de Calama, Parra publicó en redes sociales su correo electrónico para que por este medio, los familiares y amigos de los enfermos enviaran cartas, las que luego eran leídas a los pacientes.
Luisa, junto a sus compañeras, además de leer las misivas, también ponían a disposición su número de celular para poder realizar videollamadas.
La joven, que está desde hace seis años en Calama, cuenta que dicha misión solidaria fue motivada por su vocación de servicio. “De eso se tratan los estudios que yo tengo, más que gusto es una vocación de querer ayudar, de querer que todo esté bien”.
Comenta que eran decenas las cartas que le llegaban diariamente a su correo. “A mi me las mandaban y yo las leía, muchas veces no podía responderle al familiar que ya leí, pero siempre se la leía al paciente, eran demasiadas y como no podía descuidar a mis pacientes y estar sólo leyendo las cartas, en los ratos de colación o en el cambio de turno, me quedaba otro rato leyendo la carta”.
Recuerda que los pacientes estaban muy agradecidos de esta labor solidaria. “Me agradecían, especialmente los pacientes más graves cuando se podían despedir de sus familiares, porque hay muchos que se despedían y decían que se iban tranquilos y que era bueno hacer esto”.
Luisa Parra dice que “quien obra bien le va a ir bien, por lo que todo lo que uno hace se debe hacer con el corazón”, una frase que – meses después de que culminó con su labor de lectora de cartas – ella experimentó en carne propia.
Este año, la joven Tens se contagió de coronavirus, mientras estaba embarazada. Su situación fue grave y requirió que fuera intubada, no sin antes someterse a una cesárea de emergencia mientras estaba en la semana n°35 de gestación. Estuvo 15 días inconsciente.
Una vez que despertó pudo comunicarse con sus familiares, gracias a la labor de sus compañeros quienes – al igual que ella meses atrás – fueron el nexo para que pudiera hablar con ellos. “Cuando yo estuve hospitalizada, habían personas que hacían videollamadas con mi familiares, con mi esposo e hijas y uno, como paciente se siente tranquilo, le da como ánimo de recuperarse”.
Actualmente Luisa ya no trabaja en el hospital, trabaja para la secretaría regional ministerial de Salud, logró recuperarse y su bebé ya tiene cinco meses. –