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Para Manuel Alarcón Copa, poder contribuir para hacer un cambio positivo en alguna persona, a través de su labor, es uno de los motivos que lo impulsó a estudiar Técnico en Trabajo Social. Desde que realizó su práctica, en la fundación Cáritas Calama, logró demostrar la vocación de servicio, sus valores y el amor con el que desarrolla sus funciones.
Gracias a ese desempeño, actualmente se encuentra trabajando en el Hogar San José, dependiente de la Fundación Cáritas de la Diócesis San Juan Bautista de Calama, en la que residen adultos mayores. Entre sus pares, Manuel es considerado como un joven con mucho entusiasmo, humildad y sobre todo alegría.
“Para mi no es difícil trabajar con adultos mayores, yo los respeto mucho. Mis abuelos son adultos mayores y de ellos he aprendido mucho y estoy consciente de lo importante que ellos deben ser para la comunidad en general”, comenta.
En este sentido, señala que pertenece a la comunidad de Cupo, una comunidad que cuenta mayoritariamente con personas mayores, “por lo tanto, yo sé cómo llegar a ellos, explicarles las cosas y sobre todo entregarle alegría y amor”.
Explica que, durante los meses más duros de la pandemia, para los adultos mayores del Hogar fue muy difícil, especialmente porque- por disposiciones sanitarias- no podían salir ni recibir visitas. “Ellos se sentían como si estuvieran en la cárcel”, dijo Alarcón.
Agrega que ellos son parte de su familia y que les tiene mucho cariño y que lamentablemente hay adultos mayores que son abandonados por sus familiares, o que nunca los vienen a visitar o que han pasado momentos tristes.
“Para mi es importante que los familiares vengan más seguido a ver a sus adultos mayores, porque ellos los extrañan, los echan de menos, preguntan, entonces se olvidan del adulto mayor y yo espero que la gente tenga conciencia a quienes estamos dejando en un hogar. Por eso yo me esmero por entregarles días alegres, escucharlos, entregarles un abrazo”, detalla.
Este joven además manifiesta su satisfacción por pertenecer a la comunidad de Cupo, lugar donde se encuentran sus abuelitos y otros familiares. “Es un orgullo ser parte de una comunidad que, aunque es chiquitita, tiene el corazón muy grande, para mi Cupo es todo”.
Por este motivo, dice que trata de practicar y entender las tradiciones e incluso, lo plasma a través de la música pues toca la zampoña. Su objetivo es poder transmitir todos estos conocimientos a las futuras generaciones y relevar las enseñanzas que le entregaron sus antepasados.
Manuel Alarcón espera seguir trabajando junto a los adultos mayores y seguir entregándole su vocación, energía y alegría. También insta a las personas a que no abandonen a las personas mayores, porque todos, en algún minuto, seremos adultos mayores.
Por último, hace el llamado a que los jóvenes se sientan orgullos de sus orígenes y cumplan sus sueños, sigan su vocación y así sean un aporte a esta zona. –