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El joven calameño, Carlos Rodríguez Ávalos es un notable ejemplo de que, sin importar tu condición, puedes lograr todo lo que te propongas y puedes ser feliz con ello. Desde muy niño descubrió sus habilidades como ilustrador y hoy trabaja con mucha disciplina para convertirse en un reconocido artista visual, mientras paralelamente estudia Licenciatura en Matemáticas en la Universidad Católica del Norte (UCN).
Comenta que, como todo niño, le gustaba dibujar, pero no se daba cuenta que era algo que a futuro se convertiría en una de sus pasiones. Aún así, ya a los 8 años participó en una exposición en el Teatro Municipal de Antofagasta, tras obtener el segundo lugar en un concurso de logos.
Luego, a los 13 años, participó en un concurso de minera Escondida y a los 17 años, fue contactado para participar en la Asociación de Artistas Visuales IAVA de la UNESCO, en la que recientemente participó de una exposición virtual a beneficio de la Cruz Roja.
Carlos comenta que en un inicio dibujaba con lápiz y papel, pero que cuando tuvo en sus manos un celular descubrió un mundo nuevo y se inició en el arte digital.
“Me dieron un celular y me surgió la idea de qué pasaría si dibujaba ahí y lo chistoso es que, como no tenía tanto espacio, me puse a sacar fotos con la cámara y a subirle el brillo, bajarle brillo y luego fui practicando cómo hacer efectos, así como la galería del celular, a hacer collages, poner efectos, filtros y es súper raro, es como que surgió de la nada”, dijo.
Actualmente, cuenta con más de 200 trabajos los que publica en su página de Instagram @cr_interdimension. Al respecto, comenta que tras difundir sus trabajos, “es una mezcla de estar feliz y miedo, como que todavía no supero eso de que lo que hago le guste a la gente y no es por baja autoestima. Cuando empecé a subir las cosas, la gente ponía en los comentarios que le gustaba y todo y me hace muy feliz saber que alguien le guste”, señaló el joven artista.
Carlos Rodríguez está diagnosticado como una persona con Asperguer (TEA), condición que no lo limita, sino que todo lo contrario.
En este sentido señala que, “como persona con TEA, creo que puedo aportar a quienes tienen la misma condición y mostrarles el arte como medio de expresión”.
Por lo mismo, a futuro dice que le gustaría enseñarle a más personas este arte visual. “Me gustaría acercar a la gente un poco al arte, más que conocer que la aprendan y vean sus resultados, porque hay muchas personas que, por el puro miedo, no dibuja y cuando lo hacen, descubren algo que les dura para toda la vida”.
Por último, destacó este tipo de instancias que permite que los jóvenes líderes sean reconocidos. “Independiente de que salga o no salga, cuando uno tiene un proyecto o idea o liderazgo, con este tipo de iniciativas, uno puede difundirlo y la gente vea lo que tú haces y lo que puedes aportar a la ciudad”, concluyó