Seleccionar página

Una destacada labor para la conservación de la cultura ancestral es lo que está desarrollando desde hace varios años, Romina González Escalona, quien se ha transformado en una destacada artesana tras rescatar la alfarería atacameña.
Actualmente vive en el poblado de Chiu-Chiu, lugar donde se ganó el respeto y el reconocimiento de la comunidad tras la ejecución de talleres en los que enseña este arte milenario, el que se estaba perdiendo en la zona y que experimenta un renacimiento gracias a su iniciativa.
Comenta que fue, mientras trabaja en el museo de Historia Natural de Calama, cuando se interiorizó de la alfarería. “Pude conocer piezas, parte de la colección etnográfica y pude conocerla muy de cerca, entonces desde ahí surgió un interés y empecé a investigar sobre la arcilla, en paralelo, me vine a vivir a Chiu-Chiu y pude conocer lugares donde hay arcillas y conocer a las alfareras”.
Tras el nacimiento de su hija, dejó de trabajar en el museo pero su interés por la alfarería continúo e incluso descubrió que su bisabuela había sido alfarera en el sur. Luego de elaborar sus piezas y crear sus arcillas se dio cuenta que el siguiente paso, más que vender sus trabajos, era enseñarle a las mujeres sobre este milenario arte.
En ese aspecto, comenzó a desarrollar talleres gratuitos pues era algo que le debía a la comunidad. “Me he dado cuenta que mi labor, más que hacer piezas y vender, era esto, ser un eslabón en la cadena porque el oficio se está perdiendo y yo así de la nada llegué a esto”.
Agrega que gracias a estos talleres, “en el pueblo ahora se está vendiendo alfarería y me siento súper contenta por haber sido como este enlace, siendo yo de otro lugar que me hayan dado la posibilidad de traspasar este oficio, porque el oficio es muy celoso, a las alfareras no les gusta contar no les gusta enseñar, por eso se estaba perdiendo”.
Romina cuenta que, actualmente, está desarrollando talleres en otros pueblos de la región y también se encuentra trabajando con la Corporación de Cultura y Turismo donde enseña a mujeres de Calama, a través de talleres barriales, sobre este tipo de artesanías y prontamente dictará cursos en Taltal.
“Ha sido súper gratificante, cansador, porque detrás de cada taller hay preparación de kilos y kilos de arcilla que lo hacemos a pulso pero después ya se han ido integrando, cuando conocen el proceso se integran, vienen acá a recolectar arcilla, a pisar arcilla y hacemos todos juntas, entonces para mi ha sido súper gratificante que alguien valore el oficio desde lo que yo hago, pero también desde lo comunitario
Romina González recibió varios reconocimientos a nivel regional, nacional e internacional uno de ellos fue en 2020, oportunidad en la que obtuvo el “Sello de Excelencia a la Artesanía de Chile”, por su obra, premio otorgado con el Comité Nacional de Artesanía. “Para mi fue súper bueno, porque gente que no conocía mi trabajo lo pudo conocer y me validó ante mi comunidad”, dijo. –