Diez años atrás, con 15, Marcial Carrión Flores quiso aprender un deporte de contacto y se inclinó por el boxeo, en parte para saber defenderse, y sin querer conoció a la leyenda del box local Eduardo “Maravilla” Prieto. “No sabía quién era”.
Después fue aprendiz de Humberto Sepúlveda Villarroel, profesor normalista y campeón chileno de boxeo en 1970, con quien despegó en su carrera amateur. En 2015 salió tercero en un sudamericano; en 2016 fue vicecampeón chileno, y el año pasado ganó un sudamericano, en la categoría 64 kilos.
En noviembre pasado, dio el gran salto de su carrera al convertirse en un pugilista profesional. De seis peleas ha ganado cinco, y el fin de semana pasado combatió en el tradicional cuadrilátero del Club México, en Santiago, donde venció al argentino Luis Ojeda.
Dice que ya puede retar al campeón de Chile en su categoría, 63,5 kg, pero todavía no tiene una pelea agendada. El cinturón de su serie es el objetivo que busca cumplir en un corto plazo.
También anhela que su hermano Patricio gane el campeonato chileno en su categoría, para que sean los primeros gemelos del país que se convierten en campeones profesionales de boxeo.
-¿Cómo defines tu carrera?
-El boxeo es muy difícil, por la falta de apoyo para que uno siga surgiendo, y además es un deporte bastante sacrificado ya que uno recibe golpes constantemente, por lo que uno debe cuidarse dentro y fuera del gimnasio, con una buena alimentación, no bebiendo alcohol y tratando de no salir en las noches para descansar bien, porque después te puede pasar afectar en una pelea.
-Cuando dejes los guantes, ¿qué te gustaría realiza para ayudar a los niños y jóvenes?
-Hoy no tengo tiempo para enseñarles. Pero más adelante me gustaría entrenar a niños para alejarlos de los malos pasos, de la delincuencia, de la droga, y formar a nuevos talentos. El deporte siempre los ayudará a escoger una mejor opción.
-¿Te gustaría forma tu propia academia de boxeo?
-Sí, para entregar mis conocimientos a los más pequeños.
Carrión está en Santiago y se quedará hasta que su hermano Patricio pelee. Cuando vuelva a Iquique regresará a sus entrenamientos rutinarios y realizará los trámites que le faltan para titularse como ingeniero en prevención. Antes de que termine el año, defenderá su tesis. “Uno debe tener amor por lo que uno hace, y ser perseverante, de querer surgir en la vida, ya que tarde o temprano llegarán las oportunidades”.
-¿Y si nadie te apoya?
-No importa. Si uno piensa que las cosas sí resultarán, así será.