“Más que un sueño personal, hemos encontrado un propósito: dejar una ciudad más limpia y contribuir al desarrollo sostenible de Antofagasta”
Originario de Paine y radicado en el norte hace ya 13 años, Alejandro Monsalvez pasó de limpiar fosas en faenas mineras a convertirse en Ingeniero Comercial y emprendedor. Junto a su esposa, fundó un proyecto llamado “Epuhome” enfocado en la economía circular, reutilizando neumáticos en desuso para crear productos sustentables, hoy enfocados en la seguridad minera. Su objetivo es claro, dejar una ciudad más limpia para las futuras generaciones.
¿Cómo influyó tu historia personal en la decisión de emprender en la Región de Antofagasta?
Mi familia proviene del rubro del comercio y siempre he tenido el deseo de emprender y transformar residuos, especialmente neumáticos, en productos útiles para la minería. Este proyecto nació del sueño de dejar una ciudad más limpia. Conozco la realidad de sectores como La Chimba y la periferia, donde es común ver basurales llenos de neumáticos y hoy los identifico como una oportunidad, son mi materia prima.
¿Qué oportunidades crees que ofrece Antofagasta para emprendedores con foco en sostenibilidad?
Soy de la Región Metropolitana, pero vine al norte a probar suerte y me di cuenta de que Antofagasta es una tierra llena de oportunidades. En mi caso, junto a mi familia, elegimos enfocarnos en el área de sostenibilidad y medio ambiente, porque queremos dejarle una ciudad más limpia a nuestros nietos. Aquí en el norte, ves gente emprendiendo desde temprano, vendiendo jugos o sándwiches en las esquinas. Eso me inspiró.
Desde la sostenibilidad ¿Cómo has enfrentado los desafíos y oportunidades en tu rubro?
En nuestro caso, el neumático es un súper material, tarda más de mil años en degradarse, lo que para muchos es un problema, para nosotros es parte de nuestra propuesta de valor. Cuando nuestros productos hechos con neumáticos reciclados cumplen su vida útil, no se convierten en basura: los volvemos a reciclar y a incorporar en un ciclo de economía circular. Esta materia prima seguirá siendo útil por generaciones, incluso cuando ya no estemos.
¿En qué nuevos proyectos o ideas te encuentras trabajando para continuar aportando al desarrollo de la Región?
Al principio, nuestra estrategia fue replicar productos que ya existían en el mercado, como las cuñas para camionetas. Aunque las certificamos, no logramos venderlas porque, al tener un proceso artesanal, no pudimos competir en costos. Eso nos hizo replantear el enfoque: en lugar de copiar, ahora desarrollamos productos personalizados según las necesidades específicas de cada empresa. Por ejemplo, actualmente estamos fabricando protectores de pilares, diseños de topes para evitar daños en grúas, entre otros. Además, con la Fundación Minera Escondida estamos desarrollando esferas de caucho reciclado para colegios, reemplazando productos importados desde China. Ellos mismos dijeron que, teniendo los neumáticos en desuso acá, no tenía sentido importarlos con una huella de carbono tan alta. Este nuevo enfoque nos ha permitido generar valor real para las empresas, al mismo tiempo que promovemos la sostenibilidad local y el reciclaje de residuos propios de la Región.
¿Qué mensaje le darías a quienes quieren emprender con impacto social y ambiental desde regiones?
Para emprender y alcanzar una meta, tiene que haber perseverancia. En nuestro caso, más que un sueño personal, hemos encontrado un propósito: dejar una ciudad más limpia y contribuir al desarrollo sostenible de Antofagasta. Ese es el motor que nos impulsa a seguir adelante cada día.