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En 1917 las primeras casas de Chuquicamata aparecieron sobre el desierto. La extracción de cobre estaba en manos de empresas norteamericanas, y el país instalaba las bases de lo que sería su más importante fuente de desarrollo: la gran minería del cobre.
Muchas personas que vivieron en el campamento nacieron en el hospital Roy H. Glover, el cual por años constituyó uno de los recintos médicos más modernos de Latinoamérica, y que ahora yace bajo miles de toneladas de tierra. Lugares emblemáticos como los colegios y escuelas cerraron sus puertas para trasladarse a la vecina ciudad de Calama, con lo cual, y más el cierre de las villas tradicionales, convierten a Chuquicamata en un pueblo fantasma del norte de nuestro país.
Dentro de las atracciones que disfrutaban los trabajadores de la época, estaban las constantes visitas de grupos musicales y compañías teatrales en el Club Chuqui. Otro punto de encuentro fue el Teatro Chile, el cual fue uno de los recintos más modernos de América Latina.
Y así, a 104 años de su fundación, nuevamente los hijos de este histórico campamento podrán disfrutar y recorrer como cuando fueron niños, las calles de su querido Chuquicamata.